martes, 24 de marzo de 2015

Argentina | La invención de Morel | Adolfo Bioy Casares

Argentina es uno de los países más australes del mundo. Se ubica en el extremo del cono sur de américa. Limita al oeste con Chile, al norte con Bolivia y Paraguay y al este con Brasil, Uruguay y el océano atlántico.

Los primeros habitantes se remontan hasta el período paleolítico (es decir hace más de 12 mil años), logrando en algunos casos sociedades complejas (parte del imperio Inca abarcó el noroeste de Argentina, como se puede ver en el Pucará de Tilcara) y avances técnicos difícilmente superados hoy (como el caso de las obras de fertilización del desierto de Mendoza realizada por los Huarpes, en más de 3 siglos de dominación Huinca, nombre dado al hombre blanco, solo se incrementó en un porcentaje muy pequeño).

Con la llegada del hombre blanco (la colonización del territorio que actualmente ocupa Argentina se inició en 1512) estos pueblos, que abundaban en toda la geografía, fueron casi exterminados.

La guerra con el indio (nombre dado en general a todos los pueblos originarios) se sucedió a lo largo de varias generaciones. Primero los conquistadores españoles, luego los criollos. El indio era el enemigo común aún antes que Argentina fuera Argentina. Oleadas sucesivas de inmigraciones terminaron de configurar un gigantesco crisol forjado en medio de guerras internas, revoluciones y batallas de poder.

La historia Argentina está plagada de gobiernos derrocados, de golpes de estado, de fraude electoral y de abundancia sin igual mal distribuida. Las grandes potencias de turno se aprovecharon del una vez llamado granero del mundo con la complicidad de ciertas familias (pocas) que se repartieron las sobras de la fiesta.

Actualmente se vive la democracia más prolongada de la historia del país. Justamente hoy, el día en el que realizo este post, se conmemoran los 40 años del golpe de estado del 24 de marzo de 1976. El inicio de la última y más sangrienta dictadura que haya existido en nuestra patria.

Declaró una independencia de facto en 1810 de manera unilateral y la formalizó en 1816. Aunque el país como tal no logró ser unificado bajo una constitución común sino hasta 1880, año en el que finalmente se aprobó a nivel nacional la constitución propuesta en 1853 tras numerosas y sangrientas guerras civiles.

Como dato curioso podemos agregar que es el país hispanoparlante más extenso del planeta. Su capital es Buenos Aires cuenta con 43 millones de habitantes y el idioma oficial es el Español, aunque en algunas regiones se le da cierto estatus al Quechua y al Mapuche siendo enseñados en escuelas.

Bandera de Argentina
Bandera de Argentina

El libro seleccionado fue un desafío, siendo Argentina mí país tenía a mi disposición una cantidad enorme de libros. Opté por el último que había leído mi esposa. "La invención de Morel" de Adolfo Bioy Casares. Un clasicazo que nunca había leído. La edición que tengo en mis manos es una 2da edición de 2003 de 155 páginas. El libro original es de 1940.

Portada libro "La invención de Morel"
Portada

Adolfo Bioy Casares nació en Recoleta, ciudad de Buenos Aires, en 1914. Perteneció a una familia de clase social alta y se dedicó toda su vida la literatura siendo un personaje elitista que criticaba la figura del obrero proletario, antiperonista y antirosista. Autor de grandes clásicos y protagonista de dos de las relaciones literarias más importantes del mundo, su amistad con Jorge Luis Borges y su matrimonio con Silvina Ocampo.

En 1975 obtuvo el premio de la Socieda Argentina De Escritores, en 1981 la legió de honor francesa, en 1986 fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires, En 1990 recibió el Premio Internacional Alfonso Reyes y el Premio Miguel de Cervantes y en 1994 el Konex de brillante. Falleció, a los 84 años en Buenos Aires el año de 1999.

Adentrándonos en el libro, es poco lo que puedo decir sin arruinar la sorpresa que conlleva descubrir cuál es la invención de Morel y para qué la utiliza. Me limitaré a decir que es realmente sorprendente, más aún si tomamos en cuenta que este libro se publicó originalmente en 1940, lo cual debe haber requerido un vuelo imaginativo sorprendente.

La historia se basa en un manuscrito redactado por un fugitivo condenado a cadena perpetua que escapó de las autoridades y huyó hacia una isla abandonada. La isla, que aparentemente es la fuente de una peste mortal, no es visitada por nadie, ninguna ruta turística, comercial o militar toca sus costas.

La sorpresa del fugitivo es grande al descubrir un día, de la nada, una multitud de personas bailando en la isla. Ante el miedo, el fugitivo se oculta en la parte baja da la isla, invadida parcialmente por el mar durante las mareas altas, cubierta solamente por vegetación podrida y mosquitos. Se crea entre el protagonista y los habitantes de la isla una relación de miedo y curiosidad que solo podemos advertir en las palabras que el fugitivo dejó en el manuscrito.

El libro toca temas universales como el amor, la inmortalidad, la soledad, la ilusión de control.

No quiero dar detalles, tengo miedo en spoilear el más mínimo detalle. Podría agregar que el libro puede cansar un poco a los lectores impacientes, las acciones se ponen realmente interesante superando la mitad de libro. No desesperen, sigan, el premio es genial.

Sigo avanzando en mi viaje al rededor del mundo literario. El próximo país en la lista es Armenia, me contacté con el consulado Armenio en Buenos Aires, quienes ya me había obsequiado "Armenia en Buenos Aires" cuando les comenté mi proyecto, un libro realmente muy interesante que recomiendo para quienes quieran conocer la historia de la colectividad. Pero me gustaría poder leer algo de ficción de dicho pueblo.

No obstante, tuve la suerte de encontrar el libro de un país (región autónoma en realidad) que había salteado. Alto Karabaj. El libro se llama "El alambre que no se percibía en la hierba".

Hasta la próxima.

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