lunes, 9 de julio de 2012

Alemania | Pelando la cebolla | Günter Grass

Alemania. ¿Qué podría decir de éste país? Es muy conocido por nosotros y por el mundo entero, fue teatro de operaciones de muchos de los eventos más importantes del centro del llamado viejo mundo occidental. Potencia mundial económica, militar y cultural de indudable influencia a nivel internacional.

Supo ser (junto con Italia [el Ducce] y España [Franco] entre otros) el principal impulsor del Nacionalismo infestado de fascismo (conocido como naZionalismo) encarnado en la imagen de unos de los personajes más odiados de la historia como lo fue Aldofo Hitler. Luego de la segunda guerra mundial Alemania vivió años muy oscuros, en los que se vio dividida en casi cuatro países diferentes según las zonas de ocupación que se "repartieron" E.E.U.U., Francia, Gran Bretaña, y la URSS.

Su capital es Berlín (durante el período de ocupación Bonn fue la capital del área controlada por los aliados [EEUU, FR y GB]). Tras la caída del muro de Berín, último acto de la estrepitosa caída del régimen comunista en Rusia, Alemania rápidamente recuperó su lugar entre las potencias mundiales. Actualmente son quienes ostentan el domino de la comunidad europea ya que el el Euro está basado en el tipo de cambio que manejaba en su momento el marco alemán.

Bandera de Alemania
El libro que seleccioné para Alemania es "Pelando la cebolla" del genial Günter Grass. La edición que tuve la suerte de leer pertenece a Punto de Lectura, es una sgunda edición de Octubre de 2008 (La edición original en Alemán es de 2006) de 514 páginas.


Portada
Mi idea original era la de elegir un libro más bien breve, suponiendo que en mi viaje literario al rededor del mundo, muy posiblemente en algunos países sólo tendré a mi alcance libros muy extensos. Quería yo aprovechar la amplia oferta de libros alemanes en castellano para "acelerar" mi viaje. Pero al ver la tapa, el nombre de Günter Grass (premio novel en 1999) y al leer esta frase de la contratapa: "El recuerdo se asemeja a una cebolla que quisiera ser pelada para dejar al descubierto lo que, letra por letra, puede leerse de ella", no me dejó más opción, tenía que leerlo.

Parezco reiterativo, pero realmente, este viaje me está dejando muy buenas experiencias, Pelando la cebolla está entre lo mejor que tuve la suerte de leer. Esto era de esperarse tratándose de Günter Grasss, claro está, pero al ser una novela autobiográfica me planteaba ciertos reparos.

El libro inicia en la infancia de Günter Grass nacido en la por entonces Ciudad Libre de Danzig (actual Polonia) y viaja desde sus primeros recuerdos conscientes en los que jugaba de niño en la playa y coleccionaba figuritas de artistas famosos y leía ardorosamente sólo en su diminuto cuarto cada vez que discutía con su hermana o sus padres. Un poco por no soportar a su hermana, un poco por tener donde comer y un poco por haber sido hipnotizado por la propaganda oficial, el pequeño Günter de 14 años se unió a las juventudes Hittlerianas. Grass relata su paso por la escuela de oficiales, su paso como ayudante de artillero y su entrada en la guerra sin saber del todo qué estaba haciendo ni qué estaba pasando. Grass, que por entonces contaba con 17 años tiene su primer enfrentamiento en batalla contra el ejercito Ruso. Pasa, luego de que su unidad sea destruida, vagando entre las líneas propias y enemigas casi un año hasta que cae prisionero y comparte celda (un pozo improvisado tapado con una lona) con Joshep, un jóven de quien se hace amigo y que procura convencerlo de la existencia de Dios; Joshep es alemán, también de la juventudes Hitleriana y se apellida Ratzinguer (hoy día se lo conoce mundialmente como Benedicto XVI).

Poco a poco, capa tras capa de la cebolla del recuerdo, Güter Grass cuenta sus primeros trabajos tras la guerra, el reencuentro con los suyos. La dura situación del pueblo, el racionamiento, su vida "de prestado" sus inicios como artista (escultor, dibujante, escritor), sus primeros amores y sus tres hambres. El hambre de comida, el hambre de sexo (que durante la guerra sació a medias con un compañero de pelotón haciendo uso de "manos cruzadas", lo que habla de la brutal sinceridad del libro) y el hambre por el arte (que empezó saciando tallando lápidas y angelitos para las tumbas del cementerio de Düseldorf donde se estableció temporalmente luego de la guerra).

Cada una de las páginas del libro es un descubrimiento. Borges decía que era imposible decir algo en particular de un libro de Dostoievski, que cada una de las páginas era una parte de un total magnífico. Quitar una sola página era quitar todo sentido y equilibrio. No siendo Borges, claro está, me atrevo a decir algo similar respecto del libro de Günter Grass. Esta historia de su vida que llega hasta momentos antes de convertirse en lo que hoy es. Uno de los más grandes literatos de la historia y, casi sin dudas, el mejor escritor de lengua Alemana que haya existido.

Más allá de este equilibrio total de la obra, me tomaré la libertad de citar dos frases que a mi entender son realmente geniales. "¿Qué es el hombre? Nada más que una partícula, partícipe, simpatizante, una pieza en la obra inacabada de la historia" (p. 265 - respecto de sus estudios en Historia cuando retomó el bachillerato luego de la guerra). "Luego vino la reforma monetaria. Su fecha separaba en antes y después. Fijó un fin y prometió un principio a todos. Devaluó y se jactó del nuevo valor. De muchos hambrientos filtró pronto algunos nuevos ricos. Hizo perder terreno al mercado negro. Prometió el mercado libre y ayudó tanto a la riqueza como a la pobreza a establecerse permanentemente. Santificó el dinero y nos convirtió a todos en consumidores" (p. 343 - respecto de la reforma monetaria de Alemania tras la guerra en la zona de ocupación de los aliados).

Mi camino sigue su viaje, lentamente avanzando hacia el objetivo; dar la vuelta al mundo en poco más de 270 libros. Alemania fue todo lo que esperaba y un poco más. Un libro más que recomendable. Quizá asusten sus numerosas páginas, pero es todo lo que uno puede buscar, quien lo lea se reirá, llorará y, en definitiva, aprenderá mucho; sobre si mismo sobretodo, que es lo más importante.

Alemania queda atrás, por lista deberíamos viajar a Alto Karabaj, pero el único libro que pude encontrar es "El imperio" de Ryszard Kapuscinski, pero resultó se un libro que analiza la caida de la URSS y en un único capítulo trata la reagión de Alto Karabaj. Seguiremos en la búsqueda. Próxima parada entonces: Andorra, me recomendaron "El maestro de keops" de Albert Salvadó.


Hasta la próxima, espero sus comentarios que siempre me dan ánimos y me hacen sentir acompañado.

2 comentarios:

  1. Increíble Chorch: cuando llegues a Francia te recomiendo la Cámara Lúcida, de Roland Barthes.

    OK?

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